El retorno a Monegros del «Cucaracha». Collalba con antifaz.

collalba gris

Mientras recorría los parajes entre Perdiguera y Farlete, en Monegros, en el borde de un camino me asaltó esta Collalba Gris (Oenanthe oenanthe) y recordando al «Cucaracha»,  cual bandolero armado con antifaz me robó la atención e hizo detenerme en seco en el camino, tal y como le sucedió a Joaquín Sabina, a cambio de salir ileso y en vez de escribirle una canción, me hizo dedicarle esta entrada del blog sobre el bandolero mas temido y famoso de Monegros, «El Cucaracha».

El bandolerismo ha existido a lo largo de todas las etapas de la historia, si bien especialmente en el siglo XIX, el descontento de las clases sociales más pobres sirvió de caldo de cultivo para el surgimiento de decenas de partidas de bandoleros.

Dentro de ellas, encontramos a la banda liderada por Mariano Gavín Suñén (1838-1875), apodado “El Cucaracha” y natural de la localidad oscense de Alcubierre. El bandolero, junto a sus compinches, actuó en la comarca de Los Monegros durante la segunda mitad del siglo XIX.

Hijo de Manuel Nicolás Gavín Ariño y de Ignacia Suñén, Mariano Gavín Suñén nace al final de la I Guerra Carlista (1833-1840). Según los historiadores, la situación existente tras la contienda puede verse como una de las causas de la proliferación de bandoleros en toda la geografía española. Al finalizar la guerra, los campos españoles se llenan de combatientes con armas y escasas expectativas de trabajo. En este contexto, ‘echarse al monte’ era para muchos campesinos una forma de vida, así como una posibilidad de acabar con una situación de vasallaje respecto a los terratenientes.

Mariano Gavín Suñén nace en una familia dedicada a las labores del campo, que está al servicio de los potentados de la zona de Alcubierre. Aunque en su juventud ejerció como pastor, Gavín abandona el oficio a los 20 años de edad y, junto a otro compañero, Juan Ardid Jordán, opta por ‘echarse al monte’ y convertirse en bandolero.

Aunque existen diversas teorías sobre las razones de su apodo, entre ellas, su vestimenta oscura, la más arraigada habla de su afición a entonar desde muy pequeño la canción mejicana de “La Cucaracha”.

Entre sus primeras fechorías encontramos la ocurrida en la paridera del conocido como “tío Caprasio”, en la localidad de Alcubierre. Al apretarles el hambre, ambos bandoleros resolvieron robar un cordero del rebaño del pastor y, tras ser sorprendidos, respondieron disparando al tío Caprasio. Al parecer, le causaron una herida en una pierna, que acabó causándole la muerte días después. De igual modo, se cuenta que el Cucaracha y su compinche asaltaron a un niño que, junto a su borrico, se dirigía a la localidad de Castejón de Monegros en busca de sal. En este caso, lo pararon en el camino y le robaron las 80 pesetas que poseía. Al ser reconocidos, lo mataron a garrotazos.

En el año 1864, poco después de haber iniciado su etapa como bandoleros, ambos cruzaron la frontera con el propósito de encontrar un trabajo en Francia. Juan Ardid se quedó en el país vecino y el Cucaracha, tras una semana como albañil, optó por volver a Alcubierre.

A su regreso, comienza a formar su propia banda. La tarea resultó sencilla. La estructura socioeconómica de Los Monegros estaba compuesta por grandes terratenientes, que poseían la titularidad de la tierra, y por una gran masa social empobrecida, que trabajaba en precarias condiciones. A modo de ejemplo, la comida de un jornalero de la época para todo el día estaba normalmente compuesta de medio pan, tocino y, si había suerte, unas olivas y algo de vino. En este clima de descontento social, Mariano Gavín sumó efectivos sin dificultades y llegó a formar una banda de alrededor 50 hombres.

Tal y como expuso el escritor Rafael Andolz, nos ha llegado una imagen distorsionada y adornada de paños calientes del famoso bandido. De hecho, todas las sociedades en las que existe una situación de injusticia social tienden a crear sus héroes y en el caso del bandido Cucaracha, se quiso crear una especie de “Robin Hood monegrino”, si bien la realidad de los hechos nos muestra a un hombre dedicado al robo, al asalto, a la extorsión y al secuestro. Así, a través de la tradición oral, nos han llegado numerosas historias y anécdotas de la trayectoria vital del bandido Cucaracha. En su mayoría, están recogidas en la biografía de Rafael Andolz, que es el texto histórico más completo que existe de Mariano Gavín Suñén.

Hay historias que nos hablan del lado más humano y bondadoso del bandolero. En este caso, se decía que se acercaba hasta los jornaleros y, tras comprobar su situación de miseria, extorsionaba al amo para forzarle a mejorar la situación de los campesinos; por ejemplo, quemándole la paridera. De igual modo, la tradición oral recoge un encuentro con un niño, que se dirigía al molino de Alcubierre, y que fue abordado por el Cucaracha. Mariano Gavín le preguntó al “zagal” si tenía dinero y, ante esta pregunta, el niño le explicó que su madre no le había dado ni una moneda por si se encontraba con el Cucaracha. El bandolero le dio dinero y le pidió que le dijera a su madre que el Cucaracha no robaba a los pobres.

Del mismo modo, nos han llegado historias que nos hablan de su lado más temible y sanguinario. En una ocasión, el bandido Cucaracha y 25 de sus compinches querían quemar el pueblo de Alcubierre y se aliaron con el hijo de Lorenzo Ortín. Sin embargo, la madre de este último se opuso y en represalia la banda del bandolero asesinó a Lorenzo Ortín, degollándolo y rociándolo con petróleo. Igual suerte encontraron una pareja de ancianos al negarse a exigir dinero al terrateniente del lugar.

Una de sus fechorías más sonadas fue el secuestro de Juan Ruata, que era uno de los hombres más adinerados de Alcubierre. En este caso, pidieron un rescate de 11.000 duros y, al parecer, aunque en aquella época era toda una fortuna, lo consiguieron. En relación a ello, se cuenta que el 21 de enero de 1873 encerraron juntas a las personas más pudientes de la localidad de Farlete y pidieron al pueblo un rescate. Sin embargo, los vecinos se sublevaron y reaccionaron persiguiendo al bandido y sus secuaces. En Farlete, se cuenta también otra curiosa historia. En este caso, Mariano Gavín Suñén conocía a un sastre de la zona, que se llamaba Marcelino Berbeder y, agudizando el ingenio, le encargó la confección de una serie de uniformes carlistas. De este modo, entró con ellos a la localidad exigiéndole al alcalde las correspondientes raciones como si fueran miembros del ejército y, al parecer, funcionó.

El bandido Cucaracha se servía de diversos escondites. Normalmente, aprovechaba las cuevas de la sierra de Alcubierre y, al conocer perfectamente el terreno, era muy conocido por su habilidad para escapar de la Guardia Civil.

A partir del año 1874, se estrecha el cerco contra la banda del Cucaracha y empiezan a ser arrestados algunos de sus miembros. En un primer momento, llega a Sariñena el alférez Francisco Bergua y bajo su mando, se inician las primeras investigaciones con el fin de dar caza al bandolero. De forma posterior, Bergua es sustituido por el teniente Francisco Lafuente, que será el que finalmente capture y dé muerte al bandido Cucaracha.

En su biografía del bandido, Rafael Andolz recoge de la tradición oral el relato de la organización y desarrollo de su captura. En concreto, cuenta que en el Ayuntamiento de Lanaja se reunieron las fuerzas vivas del pueblo, es decir, el alcalde, el cura, la Guardia Civil y el boticario. Según Andolz, le preguntaron al boticario si había algún veneno para añadir en el vino y, al obtener una respuesta afirmativa, comenzaron a trazar el plan. En concreto, la banda fue traicionada por un pastor de Lanaja, que reveló el lugar en el que se encontraban. Manolico Maza era un chaval del lugar que solía suministrar el vino a la banda del Cucaracha y, por lo tanto, fue el elegido para llevarles la bebida adulterada por el boticario. Mariano Gavín ni bebía ni comía nada sin que el portador lo probara en primer lugar. Maza bebió un poco y siguiendo las instrucciones del boticario,  vomitó al abandonar el lugar. Al poco tiempo, la Guardia Civil rodeó la paridera en la que descansaba la banda e inició un tiroteo. Según se cuenta, lograron abatir al bandido Cucaracha así como a varios de sus compinches: el Cerrudo, el Herrero de Osso, el Molinero de Belver y el Guarnicionero de Alcolea (Antonio Lampériz, José Berna, Melchor Colomer y José Solanilla, respectivamente). Todo sucedió el 28 de febrero de 1875 en el corral de “La Nica”, en Lanaja. Siguiendo las costumbres de la época, el cuerpo del Cucaracha fue llevado a Sariñena y expuesto para público escarmiento.

Tras su muerte, la banda del Cucaracha continúa llevando a cabo algunos robos si bien la labor de la Guardia Civil se intensifica. Según los documentos históricos existentes, 46 miembros fueron muertos o capturados y, por lo tanto, entre 1875 y 1880 quedó prácticamente erradicado el bandolerismo en Los Monegros.

Ansó. Día del Traje Ansotano 2017

El último domingo de Agosto se celebra en Ansó el Día del Traje Típico Ansotano. María Mendiara Navarro y Jorge Puyo, fallecidos en 1986 y 1992, fueron los últimos que lo vistieron de modo habitual a lo largo de sus vidas. Hoy, su uso se limita a celebraciones y actos culturales. Su origen, probablemente medieval, lo convierte en uno de los trajes conservados más antiguos de Europa. El traje y su historia pueden conocerse en el flamante “Museo del Traje Ansotano” ubicado en la ermita de Santa Bárbara.

La diversidad de trajes nunca estuvo reñida con la igualdad que tradicionalmente imperó en la sociedad ansotana. Pobres o ricos lucían vestimentas similares, únicamente diferenciadas por la calidad de ciertos tejidos o las joyas con las que se engalanaban las mujeres, es decir, por aquellos elementos que se importaban del exterior. Por contra, aquellos otros de elaboración autóctona no sabían de diferencias de clases, y su mayor o menor vistosidad dependía de la habilidad de quien los confeccionara.

Además de su antigüedad y singularidad, el aspecto más destacado de esta vestimenta tradicional es la increíble variedad de modelos. Había un traje para cada momento y necesidad, a saber: de Bautizá Cristianá: para bautizar niños y niñas; pa diario d’os críos: vestimenta habitual de los niños; de Periquillo: para la confirmación; de saigüelo coloráu: para la primera comunión de las niñas; de calzón de fiesta: diario con variaciones para la fiesta; de fiesta de mullé: para los días de fiesta; de treballo de mullé: para las labores diarias; de saigüelo: de misa de las mujeres; de cofradía: lo vestía la mujer que presidía las ceremonias; d’os novios de Iglesia: de novios para la iglesia; de novios de calle: para después de la ceremonia; de padrinos: para acompañar a los novios en la iglesia; de alcalde: exclusivo para el alcalde del pueblo.

A continuación daremos un recorrido por casi todos ellos, resaltando algunos de sus componentes más característicos y singulares. compartiré algunas de las fotografías que pude tomar en la 47 edición del día de ensalzamiento del traje Ansotano.

El traje para recibir el Bautismo niños y niñas lleva o chibón, o baldeño, faxadero de piqué blanco adornado en los bajos con tira bordada, faxadero coloráu enrollado encima, mas corto; sujetado todo debajo de los brazos con a faxa forrada de cintas de colores, a zalexa blanca de puntillas, también puede ser sustituida por un pañuelo de novio. Para el tiempo de frío puede cubrirse con una toquilla de lana blanca La prenda mas destacada es a gorra que es un conjunto de artesanía con bordados, puntillas y cintas de mucho colorido; para proteger la cabeza primero se coloca a gorreta. A modo de adorno y símbolo religioso se les pone un pequeño libro llamado os Evangelios.

Los pequeños llevaban para diario (Traje pa diario d´os crios) o chibón fino, encima otro de piqué o de lana (según el tiempo) baldeño blanco y o faxadero verde sujetándolo todo arriba con a faxa; si hace frío toquilla blanca de lana; en la cabeza, gorreta ribeteada por delante con cinta de colores, o bien blanca con puntillas y tira bordada.

Periquillo, es el traje propio para la Confirmación y se compone del gorro de periquillo que da el nombre a este traje, o faxadero coloráu, o chibón, a babera, (tipo delantal) hecha de punto o ganchillo, a faxa ancha de seda natural y vistoso colorido; adornado con o corazón colocado delante al lado del corazón y detrás, partiendo de los hombros a cuflada también de seda natural y diferentes colores con a pasta en medio que le da un aire de fortaleza y es símbolo de protección. Lo completa o calzáu negro con calzas blancas.

Muy vistoso es el Traje de saigúelo coloráu.  Las niñas se estrenaban con este traje para recibir la Primera Comunión. Se compone de o saigüelo, as mangas blancas de piqué adornadas con cintas; van unidas con a cuerda formada también con cintas de seda; haciendo juego a cuflada en la terminación del peinado el cual se realiza con la raya en medio trenzado y subido hacia arriba.

Se complementa con los adornos de os pendientes, o relicario y/o scapulario. Lleva camisa de hilo con tirilla y calzas blancas con calzáu negro.

Después empezaban a vestir a basquiña verde.

 

Los niños a partir de la Primera Comunión vestían ya o calzón (Traje de calzón de fiesta).  Forman dicho traje, os balóns y o chaleco de panilla aterciopelada negra; llevan a camisa de lino y os zarragüelles blancos de piqué, a faxa morada, as calcillas con estribera blancas y calzas también de algodón para los mas jóvenes. Cuando son mas mayores llevan as calcillas negras de lana con peducos también negros de lana. As apargatas son de cáñamo con puntera y talón tejidos y cuerdas negras para atar. En la cabeza llevan o sombrero con ribete blanco y o cordón con borla hacia atrás. Según la fiesta o el tiempo también podrían llevar lástico. A chaquetilla es la prenda que sirve para abrigarse en este caso.

El Traje de fiesta de mullé.  Este traje para los días de fiesta se compone de basquiña verde bien plisada con a camisa de gorguera y as inaguasas mangas adornadas con azabaches o pasamaneria, con a cuerda para sujetarlas, tejida artísticamente con lanas y acabadas en flecos; los colores de las cuerdas son granate y negro o verde oscuro y rojo vivo. En las bocamangas botones de filigrana de plata. O calcero negro con calzas negras. El peinado de churros con trenzadera roja , o puede ser negra. En este traje cabe llevar también el peinado a la vista, o colocar a redecilla blanca de agullas y el pañuelo levantado con arte para resaltar la belleza o guapura de la dama. Este traje se adorna con escapulario sobre el lado derecho, pendientes sofocante.

El Traje de treballo de hombre, se distingue del de día de fiesta en os zarragúelles oscuros y en a camisa. Además lleva a brusa negra, que lo mismo podía  ser  de listas estrechas azules. Cuando iban al monte aprovechaban a llenar las mangas de frutos del tiempo: mazanetas, usons, rebichuelos, arañons, chordons…

A zamarra os delantés de piel de oveja son las prendas de abrigo. Casi era un componente a alforcha al hombro para llever la merienda y otros utensilios necesarios. O calzáu: abarcas, abarqueras, peazos, bordeguis, peals y pealetas. Este mismo traje lo vestian os repatans que eran los niños que ayudaban a sus padres en la tarea del ganado.

En cambio el Traje de treballo de mullé, formada por la basquiña de trabajo se distingue de la de los días de fiesta en que por detrás el plisado es d´abanico y por delante pliegues sueltos. Para poder realizar mas cómodamente los trabajos, se remanga a la cintura abrochándose por detrás. Así se ven as inaguas de cuadros o listas que llevan debajo. Se recogen las mangas de la camisa con os manguitos, o si hace calor se recruzan.
El peinado es de churros con trenzadera negra, redecilla o tocadó. Encima el pañuelo atado por delante en pico o ancho. O calzau, apargatas de cáñamonegras y mas antiguoabarcas y abarqueras. O bancal verde es la prenda de abrigarse y tambien de ira la Iglesia adiario. En este caso se suelta la remangadura de la basquiña y se coloca en la cabeza el bancal.

Traje d´os novios de Iglesia:   Estos son los trajes con los que se casaban los novios. El novio lleva o calzón, zarragüelles de piqué blancos, a camisa también blanca de hilo, con tirilla,  a banda de novio cruzada del hombro a la cintura; después o lástico y o chaleco encima. Lleva como todos faxa morada que une o balón con o chaleco y sobre ella o pañuelo de novio propiamente dicho, doblado en pico y atado a la cintura. Va calzáu con calcillas de algodón blancas, calzas de peladillas y apargatas ansotanas. A modo de adorno y a la altura de la rodilla, rodeando la pierna, as cintas de novio que llevan bordadas dedicatorias como: » Alivia toda mi pena los ojos de mi morena». En la cabeza se pone o cacherirulo con o sombrero que se distingue del de fiesta porque va adornado con o cordon de novio que es con borlas y flecos de colores alegres. Se cubre con a anguarina de paño negra con vueltas moradas.

La novia lleva camisa de gorguera, as mangas sujetas con  manguitos; inaguas, saigüelo negro con ribete blanco, a saya con plisau d´abanico remangada por delante y recogida por detras en forma de mariposa. Esta parte del traje es la mas laboriosa de colocar dada la complejidad para montar este recogido. Sobre esto se coloca o debantal de brocato bordado en oro y en la parte de atras as cintas de vivos, haciendo juego con as flocadas de las bocamangas. En la cabeza peinado de churros, tocadó, pañuelo de seda atado delante y a mantilla de tufa ribeteada con una ancha y bonita cinta de seda natural brocada. A este traje se le conoce con el nombre de traje de saya.

Estos trajes medievales son de lo mas distinguido y señorial que se pueda encontrar.

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A los novios los acompaña una niña con traje de fiesta que lleva las arras en una bolsa que se llama a bolsa d´as arras.

La novia después de la ceremonia religiosa, se viste con las mejores galas. La mejor basquiña verde, bien plisada  con as inaguasa camisa de gorguera bien recrevada y almidonada, as mangas azul marino adornadas de azabaches y unidas con acuerda forrada con cintas  de seda natural y cerrando las bocamangas conbotons  gordos de filigrana de plata. El peinau de churros con trenzadera colorada.  Adornan o escapulario, a escarapela de cintas de colores sobre el pecho  y destaca a elegancia d´a plata compuesta  de relicario, dos vírgenes del Pilar , crucifijo, sofocante y pendientes.

El novio después de la ceremonia de la Iglesia se quita a anguarina y luce  asi las prendas que lleva debajo o  lástico, a banda, as cintas, y sigue luciendo el bonito sombrero con sus borlas. Estos trajes con su elegancia, belleza y colorido acentúan mas  el momento tan importante que están celebrando.

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Traje de Padrinos. El padrino lleva el traje de fiesta de hombre,  se complementa con la anguarina, prenda de la que no se puede prescindir en las grandes ocasiones por su distinción y elegancia.

La madrina lleva el traje de saya que se diferencia del de la novia en el delantal, y la cinta que  adorna la remangadura es de colores mas serios e incluso mas sencillos. Este traje de saya se utilizaba para las grandes ceremonias religiosas como madrina, Bautizos y  entierros, coincidiendo estos colores con la casulla del sacerdote celebrante.

Singular también es el Traje de cofradía. El día 20 de Enero, fiesta de San  Sebastián, patrón de  Ansó,  se elegía  la » Moza de Cofradía»  (como ahora diríamos la reina de fiestas)  y vestía este traje para presidir las ceremonias y actos populares, principalmente la Romería de la Virgen  de Puyeta Patrona de este Valle que se celebra el 8 de Septiembre (o el domingo que siga a esta fecha)

Lleva saigüelo negro, camisa de gorguera, as mangas blancas de piqué adornadas con cintas de colores de seda natural, así como a cuerda que las une yas flocadas que cuelgan en as bocamangas; a escarapela parecida a la de la novia y también a plata completa bien lucida y o escapulario de la Virgen al lado derecho. El peinado como siempre con la raya en medio con churros y a trenzadera colorada; eso sí, hecho lo mas perfecto posible ya que cualquier detalle complementa la belleza de las mozas que lo visten ahora  en diferentes ocasiones.

Traje de saigüelo. Este es el traje de ir a Misa las mujeres los días de fiesta. Es de color negro, de lana,  tejido como todos en los telares de Ansó. Las prendas de interior son igual que en los otros trajes, inaguas y camisa de gorguera pero sin almidonar. Os manguitos para recoger las mangas, haciendo juego con o tocadó que lleva sobre el peinado de churros; además en la cabeza o pañuelo de seda en pico atado hacia delante y la mantilla bianca de tufa. Antiguamente solían llevar su madeja de cera que encendida la colocaban junto a ellas en el suelo de losas de la Iglesia. Todo él tenia un aire de respeto y fervor.

Otros momentos de la celebración del día, mientras caminaban hacia la iglesia,…

Y no podía faltar para este día la compañía de los Músicos de la Solana.

Y si visitáis Ansó, …… bien está descubrir este museo con la exposición de los trajes e historia de los mismos, seguro que os gusta!

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Ansó. Museo del Traje Ansotano.

Horario (Julio y Agosto)
Lunes y Miércoles:12:00-13:00 h. y 16:45-18:00 h
Martes, Jueves, Viernes, Sábado y Domingo:10:00-13:15 y 17:00-20:00h
Horario (Semana Santa): Jueves a Domingo: 11:00-13:00 y 17:30 -19:30 h
Ermita de Santa Bárbara. 22728 ANSÓ
T. (+34) 974370250
museodeltrajeansotano@hotmail.es

Tardes en compañía de Atenea

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Tras varios días en compañía del Mochuelo europeo en los parajes de Perdiguera, comparto con tod@s vosotr@s unas fotografías. Dichas fotografías hacen «honor» al título del Blog, ya que han sido tomadas tanto de día como de noche, enfocando día y noche.

No resulta difícil acercarse al mochuelo europeo, nos ofrece una distancia de seguridad aceptable para poder observarla y fotografiarla, aunque resulta necesario apostarse en un escondite o hide, aunque la adopción de hides portátiles conllevan  la dificultad de integrarlos en el entorno, ya que tienen querencia por terrenos abiertos desprovistos de vegetación.

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En los días que me han llevado recopilar estas imágenes, he ido aprendiendo las costumbres, querencias, posaderos de varias poblaciones de estas aves, y en todas puedo identificar un punto en común: tienen una mirada de hechiza, es la mirada de Athenea.

Los Señores de las Cumbres: Sarrios en Valle de Chistau

Si hay un icono del Pirineo, ese es el Sarrio (Rupicapra Rupicapra), son los auténticos señores de las cumbres. Acudir al amanecer al encuentro de los sarrios en los altos montes del Valle de Chistau es una experiencia que bien merece un buen madrugón. Gracias al conocimiento del terreno de Alfonso Ferrer, fotógrafo de naturaleza y mundo rural (www.alfonsoferrer.org), nos fue posible acercarnos a un nutrido grupo de Sarrios y verlos en su hábitat.
En mis rutas y ascensiones por los Pirineos había tenido encuentros fugaces con los Sarrios aunque nunca había ido con el objetivo de fotografiarlos de propio. No me imaginaba que los Sarrios del Valle de Chistau eran tan esquivos. No resulto fácil, y gracias de la experiencia de Alfonso, pudimos acercarnos relativamente para obtener unas fotografías. Además, nos premiaron con unas rápidas y veloces carreras por los pedregales y empinadas laderas.
Sarrio que es como se le denomina en el pirineo aragonés, este bóvido de aprox. 1,10 metros de longitud y unos 0,70 m de alto y un peso de entre 25 o 40 Kg. se extiende a lo largo del pirineo, que junto a la Rupicapra pyrenaica parva, que es la que habita en la cordillera cantábrica y que es un poco mas pequeña, son las dos subespecies que nos tocan de diez que se extienden por Europa.
Vive aproximadamente 20 años y alcanza la madurez a los dos o tres, su color cambia del verano al invierno siendo este más oscuro en invierno, los cuernos que son un poco más grandes en los machos, se diferencian de la hembra por su mayor curvatura ganchuda.
Las crías y los subadultos suelen permanecer con las hembras que conviven agrupadas, mientras que los machos andan solos asociándose a los rebaños en época de celo donde disputan con otros machos cubrir a las hembras, estos agrupamientos se producen en el mes de noviembre y la gestación dura cinco meses.
Desde tiempos ancestrales, empujados sobre todo por el acoso del hombre, se guarecen en cotas entre 1.500 y 3.000 metros, bajando en invierno hasta los 1.000, son los inviernos los que se cobran las mayores bajas de cabritos y adultos debilitados, ya que tienen muy pocos depredadores entre los que destaca el águila real y el hombre, porque lamentablemente su caza está permitida.

Marmotas en el Valle de Chistau

Tan común se ha hecho la marmota en el Pirineo que a muchos les sorprendería saber que en realidad se trata de un habitante reciente de nuestro Pirineo. Su historia es la siguiente: En tiempos pasados, durante las glaciaciones cuaternarias, el sur de Europa era el hogar de una marmota primitiva (Marmota primigenia), pero al retirarse los hielos dicha especie desapareció y las marmotas quedaron confinadas en dos pequeños núcleos aislados que evolucionaron como dos subespecies de la forma actual Marmota marmota. Uno de ellos se encuentra en los Alpes (Marmota marmota marmota) y otro en los montes Tatra (Marmota marmota latirrostris).

Llegados a este punto podemos preguntarnos cómo se las arreglaron las marmotas para alcanzar el Pirineo. La respuesta es sencilla: Con ayuda de los cazadores. En su afán de proteger a los sarrios, codiciados trofeos de caza, de su principal enemigo natural, las águilas reales, introdujeron allá para 1948 animales procedentes de los montes Tatra (cordillera en la frontera de Polonia y Eslovaquia y el sector más alto de los Cárpatos).

En un principio la suelta se produjo en la vertiente francesa, pero rápidamente las marmotas se expandieron por toda la cordillera, siendo una especie frecuente en Aragón a partir de los años 70. Desde entonces las marmotas han colonizado todos los ambientes propicios para ellas, en especial los prados subalpinos de terrenos calizos expuestos al sol. Allí es donde comen plantas, excavan sus madrigueras y se solean en lo alto de grandes bloques de roca.

La marmota es un animal muy social y de hábitos diurnos, el mayor roedor de nuestra fauna, miembro de la familia de las ardillas. Como tal, tiene una gran agilidad con las manos. Las delanteras son en especial poderosas y las utiliza para excavar sus madrigueras. La guarida principal de verano tiene gran tamaño y complejidad, compartimentándose en diferentes cámaras destinadas a un uso determinado, como cámaras de cría o letrinas.

En el territorio además hay varias madrigueras más pequeñas usadas como refugio ante el menor peligro, siempre alertadas por el peculiar chillido emitido por uno de los miembros del grupo que actúa como vigilante. Casi siempre esta es la primera señal que nos indica la presencia de la especie. Luego es fácil ver algún ejemplar corriendo hacia las bocas de la madriguera, con su típico aspecto robusto y llamativa cola.
Acabado el verano las marmotas se retiran a sus refugios de invierno, más grandes y aislados térmicamente. Allí pasaran cerca de cuatro meses, bajando su temperatura corporal hasta los 3ºC y los latidos cardíacos a 5-10 pulsaciones por minuto. Sólo así consiguen ralentizar su metabolismo de tal modo que las reservas acumuladas durante el verano les permitan alcanzar una nueva primavera.

 

Y de nuevo, allí estaremos para volver a buscarlas, observarlas, fotografiarlas y disfrutar de sus gritos y andanzas.

 Estas fotografías de marmotas han sido tomadas en uno de los valles más emblemáticos de nuestro Pirineo. El Valle de Chistau te atrapa una vez que lo visitas, es un precioso rincón del Pirineo Aragonés situado en pleno Parque natural de Posets Maladeta. El Valle de Chistau se extiende por la cuenca del río Cinqueta, afluente del Cinca, uno de los principales cursos fluviales de Aragón. Se encuentra rodeado de cumbres de entre 2.000 y 3.000 metros de altitud, entre los que destaca la Tuca Llardana (o Posets), que con 3.375 m. es la segunda cumbre más alta del Pirineo. Además, cuenta con abundantes ibones o lagos, como los de Millares, Barbarisa o el ibón de Plan.

Entre los municipios que forman parte del Valle, hablaré de mi preferido Serveto, con magnificas gentes que hacen que tu estancia sea «perfecta»

 Serveto, es la localidad más pequeña perteneciente al Municipio de Plan, se alza a 1306 metros de altitud. Sus estrechas calles, rincones, entorno natural y aislamiento le confieren agradables sensaciones y tranquilidad. Junto con Señes (deshabitado) y Sin ha formado históricamente “La Comuna”, algo separada del resto del valle, cuna de historias y leyendas que inciden incluso en los orígenes del Reino de Aragón.

 De esta localidad, procede un fantástico y reconocido fotógrafo de naturaleza y mundo rural, Alfonso Ferrer, que ha dedicado parte de su obra  fotográfica a este valle con especial sentimiento.

Podéis disfrutar con su web, galería, relatos y artículos sobre el Pirineo y Monegros, pinchando aquí, al igual que poder conseguir su libro sobre el «Valle de Chistau, un pedazo del Pirineo».

 Este reúne imágenes de fauna, flora, paisajes y hombre en relación con la naturaleza y el mundo que le rodea y que plasman la realidad de uno de los valles más bonitos del Pirineo. Una obra que a lo largo de cuatro capítulos que corresponden a las cuatro estaciones del año repasa los cambios que el valle experimenta en cuanto al paisaje y como el entorno y sus habitantes se adaptan a esos cambios. Cada capítulo se acompaña de un cuento que relata esos cambios a través de los ojos de un niño y que sirve de nexo con las imágenes que se muestran. Unos cuentos que se leen disfrutando las fotografías y unas imágenes que se disfrutan leyendo los cuentos, una mezcla difícil de separar. En definitiva un viaje en texto e imágenes por uno de los rincones más bellos, intactos y auténticos del Pirineo Aragonés, el valle de Chistau, uno de nuestros paraísos cercanos. OS ENCANTARÁ !!!.

Miradas en el Bosque II . Corzos en los Montes de Soria

El levantarte al amanecer en vacaciones puede regalarte una serie satisfacciones difíciles de describir. Tal es así que decidí intentar de nuevo el encuentro con los corzos en los montes de Soria de hace unos días. Esta vez, tenia medio punto a mi favor, conocía un poco más el entorno y tras seleccionar un paraje muy cercano al Río Duero en el Monte de Valonsadero, realicé un rudimentario «hide» (escondite) desde el que poder observar y fotografiar a los corzos.
Desde el «hide» integrado en el entorno y manteniendo el silencio, puede contemplar varios ejemplares, mayormente corzas que desde muy cerca cruzamos varias miradas y me permitieron varias fotografías. También puede observar a varios machos en carrera que parecían que «llegaban tarde» a alguna cita.

 

La noche en Monegros: Molino (Making of)

La planificación de la sesión de fotografía nocturna es fundamental, y de este hecho te das cuenta muy pronto, creo que todos los aficionados a este tipo de fotografía nos hemos llevado alguna vivencia que así lo demuestra.
Lo ideal es visitar y observar la localización y el sujeto seleccionado para nuestra fotografía con antelación para ver las posibilidades que ofrece, poder comprobar los accesos, posibles posiciones, etc. y evitar accidentes y extravíos. Es un error pensar que esa primera visita no puede reportarnos esa fotografía que queremos hacer, en este caso, pude llevarme este impresionante atardecer monegrino en mi localización en Perdiguera, que bien merece ser la portada de esta entrada.
Existen aplicaciones de smartphone para poder planificar y «simular» la posición de la luna/sol, astros y vía láctea que resultan muy útiles. En esta ocasión utilicé la aplicación photopills, que entre otras funciones permite simular la posición del sol/luna o vía láctea con la cámara de nuestro smartphone en relación a nuestro sujeto (molino) y su evolución a través del tiempo que resulta visible.
Captura de pantalla de smartphone de la App Photopills.
Posible composición a realizada el día 28/07/2017 a las 01:57 de la noche.
Como nos indica la aplicación, a esta hora y este día podríamos realizar esta composición para nuestra fotografía, mostrando el centro galáctico y el molino. En nuestro caso, como resultaba demasiado tarde /(01:57) ya que al día siguiente era día laboral, escogimos otra posible composición a una hora un poco más temprana y  que nos llevo a fotografiar desde otra posición próxima, como muestra siguiente imagen.
Captura de pantalla smartphone de la App Photopills.
Desde esta nueva posición, pudimos realizar una circumpolar y un extremo de la vía láctea. Añadir que fue un acierto, ya que si hubiéramos optado por la composición anterior, la contaminación lumínica de la ciudad de Zaragoza enmascaraba la visibilidad del centro galáctico.
Una vez que hemos elegido la composición, en este caso condicionada por no querer trasnochar mucho, ya sabemos a que hora debemos de estar preparados junto al molino para disfrutar de una sesión de fotografía nocturna entre amigos.

Resultados tras el procesado:

 

Y ahora, planificando la siguiente sesión fotográfica nocturna entre amigos,….., continuará.

Encuentro con la Avutarda Común.

Fué un encuentro casual, iba en busca de poblaciones de Mochuelos comunes, recorriendo pedregales en los márgenes de los campos, mases y  parideras, cuando de repente las vi a lo lejos. no me dieron más opción de acercamiento, forzando el zoom del objetivo puede tomar estas imágenes. A pesar de la lejanía, si pude comprobar la envergadura que tienen, y su majestuosidad, ya que la avutarda común (Otis tarda) es el ave voladora con más peso del mundo. Observé en un mismo paraje de la meseta soriana dos poblaciones distintas con un total de más de una docena de ejemplares, todo un hallazgo para mí.
En la Península Ibérica podemos encontrarla en las grandes zonas de llanura dedicada el cultivo. Su presencia no pasa inadvertida debido a su gran tamaño. En la actualidad su especie está seriamente amenazada, pero se conserva una población en las llanuras de cereales del centro y sur de la península Ibérica.
La avutarda común vive en grandes estepas y praderas naturales, aunque en su expansión en Europa se ha adaptado a vivir en terrenos abiertos dedicados al pastoreo y los cultivos de secano.
Suele desplazarse caminando por estas grandes áreas, aunque si es necesario y a pesar de sus 16 kg de peso, vuelan sin problemas. En España vive aproximadamente la mitad del total de su población mundial.
Las avutardas viven de media unos 10 años, pero algunas llegan hasta los 15 años. Los machos suelen vivir menos tiempo debido a las violentas luchas que tienen entre ellos durante la época de apareamiento. Es un ave especialmente sensible a los cambios en su hábitat natural, lo que en ocasiones origina un descenso brusco de su población. La intensificación del entorno agrícola, unido a proliferación de las urbanizaciones, están reduciendo su entorno de vida y lugares de cría.
Además de todo ello hay que sumar más aspectos negativos para su desarrollo como la caza furtiva, los accidentes contra las alambradas y tendidos eléctricos, y la incomoda presencia del ser humano para su vida natural. Por todo eso ha sido incluida en el libro rojo de las aves de España como ‘especie vulnerable’.